viernes, 21 de diciembre de 2007

Preguntas y respuestas

Al leer el de "La distancia" me he acordado de éste mío que lo tenía guardado por ahí.


¿Cuál es el momento en que dos amantes se convierten en extraños?

Cuando dejan de decirse te quiero en silencio.



Alguien me preguntó al leerlo si era porque se convertían en pareja a los ojos de todo el mundo o porque se separaban. Creo que ambas posibilidades son factibles.

Visita al museo

El artista ha querido transmitir con esta obra la importancia de la luz, de dejarse ver y destacar en un entorno hostil. En torno a esta obra, también hay especialistas que interpretan que estamos ante el predominio de la técnica frente a la naturaleza. De hecho, algunos críticos afirman que se trata de un autor poco ecologista, que antepone lo artificial a lo natural. Sobre un motón de piedras y tierra, un par de fluorescentes encendidas.

La distancia

La distancia más grande es la que separa a dos personas juntas que han dejado de amarse.

jueves, 20 de diciembre de 2007

La fiesta

De momento, voy a ir llenando la piscina hinchable. Luego prepararé unas bebidas y algo para picar. No voy a cancelar mi fiesta por esta tontería. Los niños jugarán en el agua, mientras sus papás meriendan en el jardín. Cuando todo haya pasado, tendré tiempo para ocuparme de él. Nunca fue muy sociable el pobre, ¿quién va a echarle de menos?
Sólo cuando la fiesta ya llegaba a su fin y el niño de los Lastra insistió en ver de nuevo el acuario, Elvira perdió los nervios y confesó haber matado a su marido. Con el cuchillo del jamón, para más inri.

Pese al boicot, uno de ventiladores

Este era mi cuento para la SER de la semana pasada, pero como estamos de boicot silencioso -porque nadie además de nosotros lo sabe- no lo mandé:

Cumpleaños feliz
- Yo te llevaré un ventilador.
- Eso, eso, y yo te consigo un par de sillas y una mesa.
Alonso observo suspicaz a sus padres... Ellos nunca coincidían en nada que tuviese que ver con su Alonsito... Quizás se había precipitado al contarles el día de su 45 cumpleaños que estaba pensando seriamente irse a vivir solo. De un soplo apagó las velas y deseó con todas sus fuerzas no haber dicho nada.

Una escena de película

- ¡Todos quietos! ¿Quién manda aquí?

Siempre le habían dicho que no parecía un policía. Sus buenos modales, sus gestos comedidos, sus movimientos suaves le hacían estar más cerca de un bailarín del cuerpo de baile del Bolshoi que de un detective de Detroit, la jodida ciudad del motor como la llamaba su compañero.

Por eso, cuando tenía que irrumpir bruscamente en algún lugar donde se estaba cometiendo un delito, tenía que transformarse, disfrazarse de hombre duro como decía él, y cambiar su voz cálida y envolvente por algo parecido a un ruido hosco, seco y duro.

Se distrajo sólo un segundo y no se dio cuenta de que aquella luz en la pared no era el reflejo de la taciturna bombilla que colgaba del techo. Márquez, a quien durante tanto tiempo había perseguido, tuvo el tiempo justo de sacar su Beretta 98FS Deluxe, la de coleccionista, esa dorada de la que todo el mundo se reía, y disparar.

No pensó en nada, descargó el cargador sobre un Stone ya muerto y supo que en ese momento él era quien mandaba.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Cinco minutos

Tienes cinco minutos para crear algo. Ni uno más, dijo el mago. La mente de Mina se quedó en blanco y comenzó a transpirar a causa de la ansiedad. Cinco minutos era un suspiro, un espacio de tiempo demasiado breve para imaginar algo. La torre del castillo se balanceaba como un junco al compás de las ráfagas de viento del nordeste. Si no escribía algo pronto, Mina moriría. Dos minutos y nada. La hoja permanecía en blanco y Mina oía como Volkor subía por las escaleras. Mina cogió la pluma y escribió: y entonces Siu, señor del agua, dragón protector del reino de Lot se acercó surcando los cielos.

jueves, 13 de diciembre de 2007

La gota que colma el vaso

Qué hacen aquí unas bragas, se preguntó mientras recogía detrás del armario la prenda recubierta de polvo. Las sacudió y recordó el regalo que hizo a Silvia hace más de un año. Examinaba las bragas con ambas manos cuando una presencia le sacó de su ensimismamiento. Antes de que pudiera balbucir el nombre de Laura, escuchó el portazo del adiós definitivo.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Reencuentro

Cuando Aurelia se enteró de la muerte de su marido en un accidente aéreo decidió dejar de vivir. Al principio, todos pensaron que su mutismo era efecto de la pena y que la falta de apetito remitiría poco a poco. Pero no fue así. Aurelia se dejaba alimentar, bañar y sacar de paseo, con la docilidad de un bebé o un cachorrito. Nunca gritó su rabia, lloró su pérdida o maldijo su suerte, pero quizás por eso, sus ojos siempre estaban aguados de tristeza. Sólo el día que Aurelia murió en mis brazos, siete años justos después del accidente sufrido por Joan, la volví a ver sonreir mientras musitaba su nombre.

martes, 11 de diciembre de 2007

Un suspiro

Ya me contó Mari que boicoteáis al relato en cadena. En fin, aunque estoy harta de ventiladores, ¡qué afán, por Dios!, aquí está mi propuesta para esta semana.


- Yo te llevaré un ventilador. Te llevaré el huracán del Trópico, los vientos alisios de las islas, la brisa marina de nuestra playa, el lento abanicar de un pay-pay en Pekín. Te lo prometo.

Elena le miró y sonrió. No se podía quejar, hoy tenía un buen día. Se incorporó en su cama del hospital y apagó las velas de la tarta de cumpleaños de un soplido.

Ahorros miserables

- Ejem, por cierto Dean, no puedes hacerte el expresso con agua embotellada...
- ¿Qué?
- Ya me has oído. No puedes usar agua de botella para hacerte un café o un té...
- ¿Por qué no? Hace un tiempo de perros ahí fuera y me apetece beberme un café caliente, el resto de la botella la iré consumiendo a vasitos en mi oficina... Y además, el agua de esta ciudad tiene demasiada cal.
- Bueno, yo sólo te trasmito lo que piensa nuestro director general, ya sabes que tenemos que apretarnos el cinturón...
- No me hagas reir. El director general no asoma la nariz por esta cocina para empleados... así que no sabe si me hago el café con agua del grifo o de botella. Sólo tomo uno al día... Apretarse el cinturón... que se lo apriete él y sus secretarias, que sois los que más despilfarráis.
De un portazo, la secretaria abandona la cocina ante la mirada desaprobadora del resto de empleados. Dos horas después, un correo electrónico informa a los empleados de que la empresa dejará de suministrar agua, café, té y zumo de forma gratuita para su consumo en los horarios de oficina.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Miedo

Las polillas aleteaban incesantes y rebotaban una y otra vez sobre la malla fina de plástico verde que protegía las ventanas del caserío contra los ataques de los mosquitos y demás insectos que intentaban colarse en la casa atraídos por las luces de la cocina.

La abuela le había preparado su cena predilecta: huevos fritos con guisantes de la huerta. Aún así, María no estaba disfrutando en absoluto del ágape. Los sonidos de las mariposas al golpearse resonaban magnificados en sus oídos y continuos escalofríos le recorrían la columna vertebral. Todos en la mesa parecían encantados pero ella no podía dejar de mirar a aquellas criaturas revoloteadotas que tanto pavor le infundían.

María se despierta sudorosa. Ya no recuerda en que momento de su vida empezó a sentir aquel miedo incomprensible y primitivo por los seres alados. No le gustaban las polillas, y tampoco las mariposas que a todos resultan fascinantes. Piensa en nubes de alas naranja fuego que se desplazan entre Méjico y Estados Unidos y en aquella caja que Keith preparó a su novia. Ella la abrió y decenas de mariposas escaparon acariciándole el rostro. María hubiera muerto de un ataque cardiaco. Es ridículo, lo sabe, pero así son las fobias: irracionales.

Irracional es también el miedo que se apodera de ella cuando piensa en su cercanía aparente. ¿Existes? ¿Has venido a quedarte? ¿Cuánto me va a costar esta vez? ¿Quiero realmente? No lo sabe y duda. La duda se transforma en incertidumbre, ésta en desasosiego y el desasosiego en miedo. Le da miedo querer demasiado pero más miedo le da aún no querer suficiente. ¿Se puede querer demasiado? Ella sabe que sí. ¿Dónde está la justa medida? ¿Volverá la inocencia, la fe ciega?

También sabe que el cambio de año trae, anticipa un cambio de vida. Quiere el cambio. A veces lo siente certero y otras veces… ¿Y si no lo consigo? ¿Y si no encuentro mi destino y sigo perdida por el laberinto de la vida? Ve la luz del faro. Lleva tiempo viéndola y sin embargo, al girar, la pierde por breves instantes y eso le provoca un vacío. Es curioso, ella que nunca antes se preparó, ella, experta en lanzarse a lo desconocido, ella, que lleva tiempo preparándose… Ella, ahora, por primera vez, tiene miedo.

Sigue pensando en todo aquello que le da miedo y sonríe. Sabe que no es ella, es la loca de la casa, la que mora arriba. Sale de ella y deja a su voz interior que parlotea incesantemente perdiéndose más y más en profundas pajas mentales.

Brindis

Ahí va una mezcla entre mis experiencias personales, las de otras personas que me rodean y otras que, directamente, me invento porque me da la gana.


- El amor es una mierda repetitiva.
- Sí, es verdad. Cuando crees que has encontrado a un tío que es distinto te viene con las mismas historias de siempre.
- Son un bucle aburrido, sin emoción, con sus frases manidas “nena, si ya sabes que te quiero mucho”, dijo Marta impostando la voz. Y si me quieres mucho, ¿por qué coño me tratas como a una mierda?
- Porque saben que les queremos.
- Sí, está claro. Expresar claramente tus sentimientos sólo te trae problemas. Si al tío no le interesas y sólo quiere divertirse contigo, en cuanto le dices que te gusta de verdad sale corriendo como si hubiera visto a su peor enemigo. Y si le gustas como para una relación más en serio, es la excusa perfecta para relajarse, para dejar de esforzarse por gustarte. En fin, que se convierte en el mismo tío plano, aburrido e insoportable en el que se había convertido tu último novio. Pero como ya estás enamorada, lo aguantas hasta que acabas hasta las narices o hasta que el señor te pone los cuernos.
- Eso sí que es fuerte. Encima de que les aguantamos todas sus movidas luego nos ponen los cuernos.
- Aunque te digo una cosa, con la pereza que me da romper las relaciones casi me hacen un favor. Así no tengo que inventarme una razón lo suficientemente sólida como para que la ruptura no tenga marcha atrás. He comprobado que un “cariño, no es que no te quiera es que me aburres hasta la saciedad” no les hace darse cuenta de que nuestra relación ha pasado al purgatorio de las parejas.
- El tema es, ¿por qué nos gustan tanto?
- La culpa es de Walt Disney. Sus películas nos han hecho creer que es real que existe un príncipe azul para cada una de nosotras y, ¡míranos!, todavía compramos tinte Iberia para, aunque sea, dar un toque azulado a los que nos vamos topando por el camino.
- ¡Por el amor verdadero!, gritó Laura mientras levantaba su copa.
- ¡Salud!, le secundaron Marta y Ana con sus copas de plástico.
- Odio estos vasos del geriátrico el champán no sabe igual.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Una concepción del amor

Solo concibo el amor desde una perspectiva, que es la de la generosidad, la del dar sin esperar nada a cambio.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Delirium tremens II

-Me duele el hoyo.
-Y a mí la franja.
-¿Por qué será?
-Vete tú a saber, seguro que tanta obra no es buena.
-Nunca sabes qué es mejor… Si no haces nada es malo porque lo que no se habilita se derrumba. Si haces perforaciones resulta que se dañan los cimientos…
-La electricidad no obstante es óptima. El catalizador se regenera y envía impulsos supersónicos por todo el edificio hasta llegar a la torre de control.
-Sí, allí lo celebran descorchando millones de botellas de champán.
-¿Cómo sabes que es champán y no cava? ¡Podría ser incluso Asti!
-Las grandes celebraciones solo aceptan champán francés. Además, he visto como las descorchan. A golpe de espada.

Delirium tremens

-Me sangran las encías.
-Pues vete al ginecólogo, seguro que con ultrasonidos y un par de semanas de magnetoterapia se te pasa enseguida.
-Tienes razón, y si no, siempre me queda escuchar dos horas de Amy Winehouse para ver si así cicatrizan.
-Es que las cesáreas dentales son muy malas. Yo cuando tuve trillizos estuve cuatro meses supurando. Todo se me iba por la boca. No podía apenas comer.
-¡Vaya! Tendré que ir a hacer acopio de marrons glacés para guardarlos en el buche, no vaya a ser que no pueda alimentarme en meses...
-Es una idea excelente. Cuando visitamos el buche de Paco tuvimos una suerte enorme. Comimos poularda con confitura de ciruelas durante tres años y medio. Fue una delicia.
-Si no se me tuercen las cosas a mí también me gustaría ir de visita y beber moscatel.
-Perdona cuqui, te tengo que dejar. Me llama el conejo blanco. Quiere que vayamos a buscar a Alicia.

Diálogo vital

Ya veo que estamos ya medio de vacaciones ¿eh? Bueno, como el insomnio me acompaña últimamente, lo he aprovechado para escribir un poco. Lógicamente, lo que escribo es bastante paranoico. En este caso paranoico-médico.


- Aquí sí que se está bien, me encanta este sitio.
- Me dijeron que a veces hay terremotos.
- Bueno, alguna vez hay temblores pero terremoto sólo ha habido uno, hace mucho tiempo, tú ni siquiera habías nacido. Fue cuando conoció a Pedro.

Ring, ring, ring

- Hay que volver a la fábrica
- ¿Qué te toca hoy?
- No he mirado el cuadrante pero me suena que estoy en el torrente que va hacia las piernas. Hoy es martes, ¿no?
- Sí, el último del mes
- Pues entonces seguro. Los martes anda en bicicleta.