miércoles, 28 de noviembre de 2007

Escenas de matrimonio

Bueno, este relato es lo que se me ha ocurrido con la última frase del relato ganador del concurso de la SER. La verdad es que el que ha ganado esta semana no me ha gustado nada de nada.

Diles a estos señores que o nos dejan meter un ventilador o yo me vuelvo con tu madre.

- Pero, ¿tú crees que mi madre te dejaría volver sin mí?
- Tu madre siempre me ha querido más a mí que a ti.

Joana se volvió hacia su marido y le lanzó una mirada que mezclaba frialdad y compasión a partes iguales. Es patético, pensó, a veces resulta hasta gracioso.

- Mi madre es actriz.

martes, 27 de noviembre de 2007

Contradicción

Contradicción

- No me toques

A mí me gusta verle así, desnudo y tembloroso.

Es el único instante en el que siente algo, en el que no es un trozo de hielo ni una pared de hormigón.

- Abrázame

Y yo, obediente, busco mi sitio en su cuerpo. Adapto mis huesos a los suyos, acompaso mi respiración. Le protejo. Me convierto en la madre que él anhela y dejo de ser la mujer que quiero ser.

viernes, 23 de noviembre de 2007

El corazón gigante

Mi abuelo de ochenta y seis años, representación pura de la bondad, está en Basurto haciéndose pruebas. Le han detectado un fallo cardiaco. Me dice mi madre que es la edad. Yo sé que no es así. Su corazón gigante debe de estar ya extenuado de bombear tanto amor y es que, en sus ochenta y seis años de vida, mi abuelo no ha dejado ni un segundo de mostrarnos su afecto más profundo, su apoyo ciego y sereno. El corazón gigante quizá vaya a necesitar un marcapasos, un parche más para su cuerpo enjuto, atlético y ya cuasi robótico.
Así es mi abuelo, encarnación del amor incondicional. Ramón, güelo, güelito, güelín, asturiano..., ya sabes lo mucho que te quiero, lo que no sé si sabes es la presencia infinita que tienes en mi vida. Gracias por quererme tanto y sobre todo, gracias por algo que es aún más difícil y que poca gente hace: gracias por quererme como soy, gracias por aceptarme sin peros, sin condiciones. Gracias por una vida entera ceñida a resaltar solo mis puntos fuertes. Gracias por no encontrar nunca nada negativo que decirme. Te mando ánimos desde la casa azul. Fuerza, abuelo mecánico. Besos mil de tu nieta charlatana.

jueves, 22 de noviembre de 2007

El coaching, una visión personal. Por Sandra Lastra

Existen innumerables definiciones del concepto de coaching, tantas como profesionales hay en el mercado por lo que resulta muy complicado aglutinarlas todas o decantarse por alguna en particular. En esta reflexión me limitaré a ofrecer una visión puramente personal de lo que para mí significa el coaching aunque a modo de reseña sí quiero apuntar tres definiciones básicas de grandes profesionales del sector. Para John Withmore, figura pionera en la disciplina, el coaching consiste en liberar el potencial de una persona para incrementar al máximo su desempeño. Consiste en ayudarle a aprender en lugar de enseñarle. Talane Miedane por su parte lo define como un proceso de entrenamiento personalizado y confidencial que cubre el vacío existente entre lo que una persona es en el momento presente y lo que desea ser. Por último mencionar a José Luis Menéndez y a Christian Worth que lo entienden como una serie de técnicas y procesos que ayudan al coachee a realizar mejor todo aquello que ya sabe hacer potenciando todas las habilidades y capacidades y, al mismo tiempo, posibilita el aprendizaje de conceptos necesarios para llegar hasta donde el coachee desea. Las tres definiciones resaltan aspectos que considero interesantes y que comulgan con mi visión.

Personalmente veo el coaching como un proceso que permite a una persona emprender un camino hacia una transformación profunda en algún área de su vida que quiera mejorar. Muchas veces en el proceso descubriremos que la meta primigénea no es la verdadera sino que a medida que hemos ido caminando las sendas elegidas nos llevan a otro destino. Nótese que el éxito, el alcanzar la meta, llega siempre como consecuencia de la acción de caminar. La acción es básica. Sin acción no hay éxito. Otro tema fundamental para calificar un proceso de coaching es la voluntad, el esfuerzo que el coachee ha de emplear en el proceso. Sin esta voluntad, sin este deseo de actuar, no puede haber un trabajo de coaching. El coachee es el único que tiene las herramientas para conseguir lo que quiere.
En esta andadura del coaching el coachee dispondrá de un acompañante socrático, el coach, que le seguirá por cualquier senda que decida tomar. El coach no puede en ningún caso proponer el trazado del recorrido. Se limitará, mediante preguntas, a apoyar al coachee para que tome una opción válida sabiendo que no hay una sola vía para llegar, que muchas pueden ser las sendas y que hay que ser creativos para descubrir caminos secretos y escondidos. La opción válida es cualquiera que el coachee considere como tal no la que el coach determine.

Otro aspecto importante a tener en cuenta a la hora de afrontar un proceso de coaching es que, como en cualquier viaje, debe existir una química entre coach y coachee. Es responsabilidad del coach ganarse la confianza del coachee desde la primera sesión. Para ello el primer paso es insistir en la confidencialidad de lo trabajado en las sesiones. Bajo ningún concepto podrá el coach comentar nada de lo hablado con el coachee salvo que éste último le autorice expresamente a ello. A la confianza también se llega a través de la escucha. La escucha activa es esencial. El coach ha de estar pendiente tanto del lenguaje verbal como del no verbal para obtener la máxima información acerca del coachee. Gracias a esta información podrá ir lanzando preguntas al aire para que el coachee las recoja y las utilice en su transformación. El coach ha de limitarse a escuchar y preguntar y como mucho, aportar sugerencias. Elegir el camino es siempre una tarea del coachee. El coach va siempre al lado, acompañando.

El coaching es, en mi opinión (insisto en este matiz de especial relevancia ya que, como dice Francisco Yuste, nada de lo que digo es la verdad), una filosofía de vida que mueve a las personas a transformar sus hábitos. Dicha transformación conllevarán paulatinamente una más profunda: la de las creencias y valores. Para lograr el cambio es imprescindible que el coach trabaje apoyándose en las fortalezas y en los deseos del coachee. Y ya por último, quisiera concluir con lo que para mí es el el fundamento esencial del coachingque practico: el amor incondicional a las personas. Ojala que sea capaz de salvar muchas estrellas de mar y ojala que me encuentre con muchos de mis compañeros en esa fascinante tarea. Amigos, os espero en la playa.

War

No, así es el infierno. Aquello no era un país en guerra, Paola. Aquello fue un descenso al averno. ¿Cuántos años han pasado y cuántos más habrán de pasar para que yo deje de soñar con el olor de la carne chamuscada? Paola se pegó todo lo que pudo al cuerpo del hombre y comenzó a besarlo.

Descenso a los infiernos

No, así es el infierno, me dijo el diablo sonriendo con lujuria. No podía creer que hubiera acabado precisamente allí. Yo, la princesita, siempre recatada y tan tímida. Pero al diablo eso le daba igual, y -qué demonios- yo ya estaba en el infierno. Así que cuando Belcebú me cogió con fuerza y me besó como si quisiera robarme el alma, me dejé llevar por el deseo y le devolví el beso con furia, mordiéndole los labios. Hoy, treinta años después, puedo decir, poniendo al demonio por testigo, que aquella fue la mejor fiesta de carnaval de la historia.

La muerte del Principito

No, así es el infierno. ¿Estás seguro, papá? Yo creo que esto que veo es la tierra, o lo que queda de ella. La rosa murió hace tiempo, cuando él dejó de ir a regarla. Él también murió. Un día su cordero salió de la página y marchó en busca de paraísos imaginados. Él lo estuvo buscando por los campos de trigo pero no pudo hallarlo y entonces murió, consumido por la infinita tristeza . La ternura desapareció del mundo. El amor se evaporó por los poros de Gaia y solo quedó el paisaje yermo que ahora contemplan mis ojos, ese al que tú llamas infierno.

Enfermo de tristeza

No, así es el infierno. Cuando la tristeza hace que te duela el corazón y camines encorvado. Cuando tu cabeza pone trabas a los planes antes de que hayas podido formularlos. Cuando te convences a ti mismo de que ya nada vale la pena. Cuando sabes que estás solo y a nadie le importa. Cuando levantarse de la cama es una odisea y requiere de todas tus fuerzas. Cuando cada día quieres morirte, pero te faltan las ganas para matarte. Así es el infierno y no la vida, cada vez que intento dejar los antidepresivos.

el infierno

No, así es el infierno. Me gustaría gritarlo a los cuatro vientos, pero mi voz se ha apagado. El infierno es querer levantarse y que una pesada losa te lo impida. Es no poder devolver las caricias de mi esperanzada madre, guardiana de mi cama. Es el ruido constante de la máquina que bombea mi débil corazón. Es el ir y venir del personal sanitario, sabedor de que hace tiempo que no formo parte de los vivos. El infierno es querer morir y no poder.

Sin sangre

Mi humilde aportación de esta semana para el concurso de la SER

“No, así es el infierno”

Esa era la frase que Juan había elegido para cerrar la entrevista con el Teniente Mcneall. Rebobinó la cinta y llamó a su Jefe de Redacción.

Esperó a que su teléfono vía satélite diera señal de llamada.

- ¿Enrique? Soy Juan. Ya tengo la pieza preparada. No, esta vez no hay mucha sangre pero tengo una entrevista buenísima. Ya, ya sé que esto es una guerra y tiene que haber sangre.
- Y, ¿por qué no venís tú y el Consejo de Administración de la cadena hasta aquí a hacer mi trabajo?
- No, no estoy borracho otra vez, estoy harto. ¿Quieres la entrevista si o no?

Juan cerró bruscamente la tapa del teléfono pero volvió a abrirla para hacer otra llamada.

- ¿Paz? Soy papá. No cariño, esta noche no me verás por la tele. Sí, yo también miraré las estrellas.

Los cinco principios del Reiki

Solo por hoy no estés enojado.
Solo por hoy no te preocupes.
Gana tu pan honradamente.
Siente gratitud por todo lo vivo.
Honra a tus padres y ancianos, a tus maestros y alumnos.

Que la energía vital universal esté con vosotros... y con mi espíritu.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Los cinco sentidos

de Mentxu Sendino, a la que tenemos que mandar una invitación para que pueda publicar sus cuentos aquí directamente:
En el olor a vida de un recién nacido.
En el tacto de la piel del amado.
En el sabor de un beso a escondidas.
En el sonido de dos cuerpos que se abrazan en silencio.
En la visión de mi reflejo en tus pupilas.
En todos esos sitios está la felicidad. La felicidad que hoy te deseo, que hoy te prometo.

martes, 20 de noviembre de 2007

Fico Assim Sem Você

Avião sem asa, fogueira sem brasa
Sou eu assim sem você
Futebol sem bola. Piu-Piu sem Frajola
Sou eu assim sem você
Por que é que tem que ser assim?
Se o meu desejo não tem fim
Eu te quero a todo instante
Nem mil alto-falantes
Vão poder falar por mim
Amor sem beijinho, Buchecha sem Claudinho
Sou eu assim sem você
Circo sem palhaço, namoro sem amasso
Sou eu assim sem você
To louca pra te ver chegar
To louca pra te ter nas mãos
Deitar no teu abraço, retomar o pedaço
Que falta no meu coração
Eu não existo longe de você
E a solidão é o meu pior castigo
Eu conto as horas pra poder te ver
Mas o relógio tá de mal comigo Porque? Pooooooorque?
Neném sem chupeta, Romeu sem Julieta
Sou eu assim sem você
Carro sem estrada, queijo sem goiabada
Sou eu assim sem você
Por que é que tem que ser assim?
Se o meu desejo não tem fim
Eu te quero a todo instante
Nem mil alto-falantes
Vão poder falar por mim
Eu não existo longe de você
E a solidão é o meu pior castigo
Eu conto as horas pra poder te ver
Mas o relógio tá de mal comigo

Uno y uno

Existen hogares que no son tales, pues en ellos no habitan niños. En uno de esos vivían Mario y Esther, creyendo ser una pareja. Y no lo eran; uno y uno no siempre hacen pareja. Quería Marcos ser dueño de su tiempo; y Esther, de su carrera. Así que Marcos poseía tiempo y Esther medraba profesionalmente. Llegó el viernes y, a medianoche, brindaron con champagne. En el piso superior, unos niños correteaban por el pasillo y sus pisadas se convirtieron un golpes de aldaba en la conciencia de ambos. Ya están esos niños molestando, dijeron. El champagne se había vuelto inesperadamente amargo.

jueves, 15 de noviembre de 2007

Sin presente

de Mentxu Sendino:
¿No usas ahora el presente, Mario?
La pregunta rebotó dentro de la cabeza de Mario como una piedra que hace ondas en un río. Llegó lejos pero sin dejar rastro. Hace tiempo que no sabe lo que ha pasado ayer y lo que ha sucedido esta mañana. Esther era su reloj y su calendario. Su brújula y su mapa. Ahora, su única referencia temporal válida es su partida. Un año. Hace un año que no piensa, hace un año que no siente. Un año sin presente.

El lenguaje

¿No usas ahora el presente, Mario? Pero Mario no la escuchaba. En su lista de prioridades el lenguaje ocupaba una de las últimas posiciones. De hecho, siempre había considerado esta asignatura como una pérdida de tiempo. Lo más que leía eran las instrucciones de sus videojuegos.

Con una paciencia propia de quien ha dedicado media vida a la enseñanza, la profesora se volvió hacia él. Escribe ahora una despedida. Hst mñn

miércoles, 14 de noviembre de 2007

El instante de Dios

¿No usas ahora el presente, Mario? No lo uso, no me gusta y no me sirve de nada. Pero, Mario, presente es lo único que tienes; el pasado ya no importa. Mi vida es el pasado. No te aferres a lo que ya viviste, agárrate a tu vida ahora, en este instante, siéntete vivo. Te repito que mi vida está en el pasado, con ellas. ¡El pasado no existe! Sí, porque está dentro de mí. ¡No existe! Entonces, Dios no existe. ¿Y eso qué tiene que ver? Padre, tú me dijiste que Dios existe porque está dentro de mí.

martes, 13 de noviembre de 2007

Para la reflexión

Capítulo final de Las zonas erróneas de Dyer.

RETRATO DE UNA PERSONA QUE HA ELIMINADO TODAS LAS ZONAS ERRÓNEAS

Están demasiado ocupados siendo para fijarse en lo que hacen sus vecinos.

Es posible que una persona liberada de zonas erróneas nos parezca un personaje de ficción, pero la liberación de los comportamientos autodestructivos no es un concepto mitológico; más bien se trata de una posibilidad real. La posibilidad de funcionar plenamente está a tu alcance y una completa salud mental en el momento presente puede ser una opción. Este último capítulo está dedicado a describir cómo funciona la gente libre de zonas erróneas de comportamiento y pensamiento. Verás el desarrollo de un individuo distinto a la mayor parte de la gente y que se distingue por su hábil capacidad de estar creativamente vivo en todo momento.

Las personas libres de zonas erróneas son muy distintas a la gente común y corriente. Y aunque su aspecto es como el del normal de la gente, ellos tienen unas cualidades muy particulares que en ningún caso son raciales, socioeconómicas o sexuales. No encajan fácilmente en ningún rol, trabajo específico, moldes geográficos, niveles educativos o estadísticas económicas. Tienen una cualidad diferente, pero la diferencia no es fácil de discernir por medio de los factores externos tradicionales con los que generalmente clasificamos a la gente. Pueden ser ricos o pobres, hombres o mujeres, blancos o negros, vivir en cualquier parte y hacer casi cualquier cosa. Son un grupo de gente muy variada que sin embargo tienen un factor en común: estar libres de zonas erróneas. ¿Cómo darte cuenta de cuando te encuentras con alguien así? ¡Obsérvalos! ¡Escúchalos! Esto es lo que descubrirás:

En primer lugar, y esto será lo más evidente, verás que es gente que disfruta de virtualmente todo lo que les brinda la vida; gente que se siente cómoda haciendo cualquier cosa y que no pierde el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran de otra manera. Sienten entusiasmo por la vida y quieren todo lo que pueden sacar de ella. Les gusta salir de excursión, ir al cine, leer, practicar deportes, asistir a conciertos, visitar ciudades, granjas, contemplar animales, montañas y realmente casi todo. Les gusta la vida. Cuando estás cerca de gente así, notarás la ausencia de lamentos e inclusive de suspiros pasivos. Si llueve, les gusta. Si hace calor lo disfrutan en vez de quejarse. Si se encuentran en medio de una congestión de tráfico, o en una fiesta, o completamente solos, sencillamente actúan de la mejor manera posible. No se trata de disfrutar de todo lo que sucede, sino de una sabia aceptación de lo que es, de una rara habilidad para deleitarse con la realidad. Pregúntales lo que no les gusta y les costará darte una respuesta honesta. No actúan con la sensatez que significaría protegerse de la lluvia cobijándose bajo techo, porque la lluvia les parece hermosa, estimulante y algo que vale la pena experimentar. Les gusta. El fango no los enfurece: lo observan, chapotean en él y lo aceptan como parte de lo que significa estar vivo. Les gustan los gatos? Sí. Los osos? Sí. Los gusanos? Sí. Y aunque las molestias como enfermedades, sequías, mosquitos, inundaciones y otras calamidades no les producen placer ni las aceptan con entusiasmo, es gente que no gasta sus momentos presentes quejándose por ellas o deseando que no fueran así. Si hay que destruir ciertas situaciones, ellos tratarán de destruirlas. Y disfrutarán haciéndolo. Por más que trates, te costará descubrir algo que no les guste hacer. Realmente aman la vida y realmente se sumergen en ella disfrutando de todo lo que les brinda.

La gente sana y realizada está libre del sentimiento de culpa y de toda la ansiedad que se produce cuando se usan los momentos presentes inmovilizándose por hechos que sucedieron en el pasado. Ciertamente pueden reconocer que han cometido errores y pueden prometerse que evitarán repetir ciertos comportamientos que resultaron contraproducentes de alguna manera, pero no malgastan su tiempo arrepintiéndose por algo que hicieron y que desearían no haber hecho, o molestos porque les disgusta algo que hicieron en algún momento de su vida pasada. La total carencia de culpa es una de las características de las personas sanas. Nada de lamentos por lo que pasó y nada de esfuerzos por lograr que otros escojan la culpa haciendo preguntas tan vanas como "¿Por qué no lo hiciste de otra manera?, o "¿No te avergüenzas de ti mismo?" Dan la impresión de que saben reconocer que la vida ya vivida es eso, y que por más mal que uno se sienta al respecto, nada podrá hacer para cambiar lo que pasó. Ellos mismos se sienten libres de culpa sin ningún esfuerzo: porque es natural, nunca ayudan a los demás a escoger la culpa. Se dan cuenta que sentirse mal en el momento presente sólo refuerza la pobre imagen de sí misma que puede tener una persona y que es mucho mejor aprender del pasado que protestar por el pasado. No los verás nunca manipulando a los demás diciéndoles lo malos que han sido, ni tampoco podrás manipularlos tú con las mismas tácticas. Ellos no se enfadaran contigo, simplemente no te harán caso, te ignorarán. En vez de molestarse contigo, preferirán irse o cambiar de tema. Las estrategias que funcionan tan bien con la mayor parte de la gente fallan completamente con estos seres tan sanos. En vez de hacerse desgraciados a sí mismos o a los demás con sentimientos de culpabilidad, tranquilamente, sin mayor ceremonia dejan de lado la culpa cuando la encuentran en su camino.

Igualmente la gente libre de zonas erróneas no se atormenta con preocupaciones. Algunas circunstancias que a otras personas podrían llegar a enloquecerlas apenas si afectan a estos individuos. No son ni planificadores del futuro ni ahorradores para el futuro. Rehúsan preocuparse por lo que pasará en el futuro y se mantienen libres de la ansiedad que acompaña a las preocupaciones. No saben preocuparse. No es parte de su manera de ser. No es que necesariamente estén todo el tiempo calmados pero no están dispuestos a pasar sus momentos presentes sufriendo por cosas que pueden suceder en el futuro y sobre las que no tienen ningún control. Están orientados principalmente hacia sus momentos presentes, y tienen una señal interna que parece recordarles que todas las preocupaciones deben suceder en el momento presente, y que ésa es una manera muy tonta de vivir su actualidad. Esta gente vive ahora en el presente y no en el pasado o en el futuro. No se sienten amenazados por lo desconocido y buscan nuevas experiencias que nos les son familiares. Les encanta la ambigüedad. Disfrutan del ahora en todas las ocasiones convencidos de que es todo lo que tienen. No hacen proyectos para un acontecimiento futuro dejando que pasen largos períodos de inactividad mientras esperan este acontecimiento. Los momentos que se viven entre los acontecimientos son tan vivibles como los acontecimientos mismos, y estas personas tienen una rara habilidad para sacar todo el goce posible de sus vidas diarias. No son "postergadores" ni de los que ahorran por si vienen tiempos malos ¡y aunque nuestra cultura no apruebe su comportamiento, no se sienten amenazados por reproches que provengan de sí mismos! Aprecian y disfrutan ahora de su felicidad y cuando el futuro llegue y se convierta en presente lo aprecian y disfrutan también. Estos individuos gozan siempre porque sencillamente se dan cuenta de lo absurdo que es esperar para disfrutar. Es una manera muy natural de vivir la vida, un poco como un animal o un niño. Están demasiado ocupados en realizar plenamente el momento presente mientras que la mayoría de la gente vive esperando las retribuciones sin ser capaces jamás de cogerlas cuando se les presentan. Esta gente tan sana es notablemente independiente. Es gente que se encuentra fuera del nido, y aunque puede sentir gran amor por su familia y estar muy ligados a ella, piensan que la independencia es más importante que la dependencia en todas las relaciones humanas. Saben apreciar muy bien su propia independencia, el no depender de lo que puedan hacer los demás. Sus relaciones humanas se basan en el respeto mutuo al derecho que tiene el individuo a tomar sus propias decisiones. El amor de esta gente no lleva implícita la imposición de los valores propios en el ser amado. Dan gran importancia a la intimidad del ser humano; lo que puede hacer que los demás se sientan rechazados. Les gusta estar solos a veces, y se preocupan mucho de proteger su intimidad. No se comprometen sentimentalmente con mucha gente. Son selectivos en lo que respecta al amor, pero son también profundamente afectuosos. A las personas dependientes y no sanas les cuesta amar a seres así porque éstos son muy intransigentes en lo que respecta a su libertad individual. Si alguien los necesita, rechazan esta necesidad por encontrar que es perjudicial para la otra persona tanto como para ellos mismos. Quieren que las personas que ellos aman sean independientes, que hagan sus propias elecciones y que vivan sus vidas por sí mismos. Y a pesar de que pueden disfrutar de los demás y desear estar en su compañía, quieren mas aún que los demás se las puedan arreglar sin muletas y sin apoyos. Así pues, el momento en que empieces a apoyarte en esta gente, te darás cuenta que ellos por su lado empiezan a desaparecer primero emocionalmente y luego físicamente también. Rehúsan depender de la gente y que dependan de ellos en una relación afectuosa e interesada, pero alientan su confianza en sí mismos casi desde el principio ofreciéndoles mucho amor en todas las oportunidades que se presentan.
Encontraras muy poca búsqueda de aprobación entre estos individuos felices y realizados. Son capaces de funcionar sin la aprobación y el aplauso de los demás. No buscan honores como hace la mayoría de la gente.
Son muy independientes de la opinión de los demás. No buscan honores como hace la mayoría de la gente. Son muy independientes de la opinión de los demás, sin importarles prácticamente nada si a la otra persona le gusta lo que ellos dicen o hacen. No tratan de escandalizar a nadie ni de ganar su aprobación. Es gente que está interiormente dirigida y a la que realmente no le preocupa ni interesa la evaluación de su comportamiento que hace la demás gente. No es que sean insensibles al aplausos o a la aprobación: parecen no necesitarlos. Pueden ser incluso bruscos porque son honrados y no envuelven sus mensajes con frases cuidadosamente pensadas para complacer a los demás. Si quieres saber lo que piensan, eso será exactamente lo que te dirán. Igualmente, cuando tú digas algo sobre ellos, no los destruirás ni inmovilizarás con tus palabras y opiniones. Usarán la información que les das, la filtrarán por medio de sus propios valores y usarán lo que les sirve en su propio beneficio y crecimiento. No necesitan ser amados por todo el mundo, ni tienen excesiva necesidad de aprobación. Reconocen que siempre habrá quien desapruebe lo que hacen. Son seres poco comunes en el sentido que son capaces de funcionar como ellos mismos, y no como dictamina un tercero. Cuando observas a estos individuos, notas una falta de enculturación. No son rebeldes, pero hacen sus propias elecciones aunque esas elecciones entren en conflicto con lo que hace toda la demás gente. Son capaces de pasar por alto las pequeñas normas sin importancia e ignorar tranquilamente los inútiles convencionalismos que son parte tan importante de la vida de mucha gente. NO son aficionados a asistir a "cocktail parties" ni hacen conversación porque la buena educación lo aconseja. Son dueños de sí mismos y aunque consideran que la vida social es parte importante de sus vidas, se niegan a dejar que ésta los gobierne o a convertirse en esclavos de la misma. No atacan con rebeldía pero internamente saben cuándo pasar por alto ciertas cosas y funcionan con la mente clara y en forma sensata.

Saben reír y hacer reír. Descubren el humor en casi todas las situaciones y se pueden reír de los acontecimientos más absurdos lo mismo que de los más serios y solemnes. Les encanta ayudar a los demás a reírse y les resulta fácil crear buen humor. No es gente seria ni grave que camina por la vida con pasos de plomo y rostro severo. Más bien, son hacedores, gente activa, a los que a menudo se les reprocha ser frívolos en el momento inoportuno. No están a tono con los acontecimientos exteriores porqué saben muy bien que no existe realmente el momento justo para hacer cualquier cosa. Les encantan las cosas desproporcionadas e incongruentes, pero su humor no tiene hostilidad. jamás usan el ridículo para hacer reír. No se ríen de la gente, se ríen con la gente. Se ríen de la vida y lo ven todo como un gran divertimento, aunque toman muy en serio su proyectos. Cuando se echan para atrás y contemplan la vida, saben muy bien que no se dirigen a ningún sitio especial y que son capaces de disfrutar y de crear una atmósfera en la cual los demás pueden optar por el gozo. Son gente divertida que vale la pena tener cerca.

Son gente que se acepta a sí misma sin quejas. Saben que son seres humanos y que serlo implica ciertos atributos humanos. Saben cuál es su aspecto físico y lo aceptan. SI son altos, perfecto, pero si son bajos también. La calvicie está muy bien, lo mismo que una frondosa cabellera.
Pueden soportar el sudor. No falsean su aspecto físico. Se han aceptado a sí mismos y por ello son la gente más natural. Nada de esconderse detrás de artificios ni de disculparse por lo que son. NO saben ofenderse por nada que sea humano. Se quieren a sí mismos y aceptan todo lo que está en la naturaleza tal como es en vez de desear que fuera diferente. Jamás se quejan de cosas que no pueden cambiar como olas de calor, tormentas eléctricas o el agua fría. Se aceptan a sí mismos y al mundo tal como es.
Sin pretensiones, sin lamentaciones, con una aceptación simple. Aunque los frecuentes durante muchos años, no los oirás rebajándose a sí mismos o deseando sutilmente algo imposible. Verás actuar a gente activa, a los hacedores. Verás como toman el mundo natural y disfruta de todo lo que este le ofrece.
Aprecian el mundo natural. Les encanta estar al aire libre disfrutando de la naturaleza, recorriendo gozosamente todo lo que aún está intacto, que es original y aún no ha sido estropeado. Le encantan las montañas, los atardeceres, los ríos, las flotes, los árboles, los animales y virtualmente toda la flora y la fauna. Como personas son naturalistas, nada pretenciosos ni ceremoniosos y les encanta la naturalidad del universo. No andan ocupados buscando bares, tabernas, clubs nocturnos, fiestas convencionales, habitaciones llenas de humo y cosas por el estilo, aunque ciertamente son muy capaces de disfrutar plenamente con este tipo de actividades. Están en paz con la naturaleza, el mundo de Dios, si quieres, aunque son muy capaces de funcionar en un mundo hecho por la mano del hombre. Son también capaces de apreciar lo que ya no tiene interés para otros. Jamás se cansan de un atardecer o de una excursión por el bosque. La visión de un pájaro volando es siempre un espectáculo admirable. Igual que no se cansan de mirar a un gusano ni tampoco a una gata que da a luz a sus gatitos. Una y otra vez, nunca se cansan de apreciar espontáneamente lo que la vida les va brindando. Algunas personas encuentran que esta es una actitud muy artificial pero ellos no se dan cuenta de lo que piensan los demás. Están demasiado ocupados en asombrarse por la amplitud de posibilidades que les brinda la vida para realizarse plenamente en el momento presente.
Tienen una percepción muy especial en lo que respecta a la conducta de los demás y lo que a otros les puede parecer complejo e indescifrable, para ellos es claro y comprensible. Los problemas que inmovilizar a tanta gente son a menudo sólo pequeñas molestias para ellos. Esta falta de compromiso emocional con los problemas les permite franquear barreras que para muchos son infranqueables. Tienen percepciones claras en lo que a ellos mismos respecta y reconocen inmediatamente lo que los demás están tratando de hacerles. Pueden alzarse de hombros y pasar por alto cosas por las que otros se enfadan y quedan inmovilizados. Y ciertas cosas que pueden confundir a mucha gente que las encuentra insolubles, a ellos no los amilanan y más bien las consideran como simples y de fácil resolución. No están monopolizados por los problemas de su mundo emocional. Para esta gente, un problema es realmente sólo un obstáculo que hay que vencer y no un reflejo de lo que ellos son o dejan de ser como personas. Su autovaloración está ubicada dentro de sí mismos, por lo que cualquier problema externo puede ser visto objetivamente, y no, en ningún caso, como una amenaza o un desafío a su propia valía. Éste es uno de los rasgos de su personalidad más difíciles de comprender, ya que la mayoría de la gente se siente amenazada por los acontecimientos externos, por las ideas o por la demás gente. Pero los seres independientes y sanos no saben cómo sentirse amenazados y esta característica hace que sean ellos los que parezcan amenazadores a los demás.
Nunca pelean inútilmente. No son partidarios del autobombo para atraer la atención sobre sí mismos. Si la lucha puede provocar un cambio, entonces lucharán pero jamás lucharán inútilmente. No son mártires. Son hacedores.
Son también gente que ayuda a los demás. Generalmente trabajan en cosas que le hacen la vida más agradable o más tolerable a los demás. Son guerreros en la vanguardia del cambio social, pero no llevan sus luchas consigo a la cama por las noches como caldo de cultivo de úlceras, enfermedades del corazón u otros desórdenes físicos. Son incapaces de estereotipar. A menudo ni se dan cuenta de las diferencias físicas de la gente incluyendo las raciales, étnicas, morfológicas o sexuales. No son gente superficial que juzga a los demás por su aspecto exterior. Y aunque puedan parecer egoístas y preocupados sólo de su propio placer, en realidad pasan gran parte de su tiempo dedicados a servir a los demás. ¿Por qué? Porque les gusta hacerlo.

No son gente enfermiza. No creen en la inmovilidad que producen los resfriados y los dolores de cabeza. Creen en su propia capacidad para deshacerse de esas enfermedades y no andan contándole a los demás lo mal que se sienten, lo cansados que están o qué enfermedades infectan su cuerpo en la actualidad.
Tratan bien a sus cuerpos. Se quieren a sí mismos y en consecuencia comen bien, hacen regularmente ejercicio (como sistema de vida) y rehúsan experimentar el tipo de malestares que inutilizan a mucha gente durante diversos períodos de tiempo. Les gusta vivir bien, y así lo hacen.
Otra característica de estos individuos en pleno funcionamiento es la honestidad. Sus respuestas no son evasivas ni pretenden mentir respecto a ninguna cosa. Consideran que la mentira es una distorsión de su propia realidad y rehúsan participar en cualquier tipo de comportamiento que sirva para engañarse a sí mismos. Y aunque son personas discretas evitarán tener que distorsionar la verdad para proteger a la gente. Saben que están a cargo de su propio mundo y e otros también lo están. Así se comportan de una forma que a menudo otros pueden considerar cruel, pero en realidad lo que ellos hacen es simplemente dejar que los otros tomen sus propias decisiones. Se enfrentan eficientemente con lo que es, en vez de lo que ellos quisieran que fuera.
Esta gente no culpa a los demás. La orientación de su personalidad es interna y rehúsan responsabilizar a los demás por lo que ellos son. Por lo mismo, no pierden mucho tiempo hablando de los demás, ni están obsesionados por lo que los otros hacen o dejan de hacer. No hablan de la gente ¡hablan con ella! No culpabilizan a los demás; ayudan a los demás y a sí mismos a poner la responsabilidad donde corresponde. No se meten en habladurías ni propagan informaciones tendenciosas y malvadas. Están tan ocupados en vivir su propia vida con eficiencia que no tienen tiempo de ocuparse de las pequeñeces que saturan la vida de mucha gente. Los hacedores hacen. Los críticos culpan y se quejan. Estos individuos no se preocupan mucho por el orden, la organización o los sistemas en sus vidas. Practican su autodisciplina pero no tienen necesidad de que las cosas y la gente encajen en sus propias percepciones de lo que deben de ser las cosas. No están llenos de "debes" respecto a la conducta de los demás. Creen que todos tienen derecho a sus elecciones y que esas pequeñeces que enloquecen a otra gente son simplemente el resultado de la decisión de otra persona. No creen que el mundo debe ser de alguna manera especial. No se preocupan mayormente por el orden y la limpieza. Existen de una manera funcional y si todo no es tal cual ellos quisieran, encuentran que eso también es correcto. Para esta gente, la organización es simplemente una manera útil de actuar y no un fin en sí misma. Y justamente por esta falta de neurosis organizativa es por lo que son creativos. Emprenden cualquier cosa a su manera única y particular, ya sea el hacer un plato de sopa, escribir un informe o cortar el césped. Aplican su imaginación a sus actos y el resultado es una manera creativa de hacer las cosas. No sienten la obligación de hacer las cosas de cierta manera. No consultan manuales ni hablan con expertos: simplemente atacan el problema de la manera que les parece más apropiada. Esto se llama creatividad; y sin excepciones, ellos la tienen.
Es gente con niveles de energía especialmente altos. Parecen necesitar menos sueño y sin embargo se sienten estimulados por la vida. Viven y son sanos. Pueden hacer acopio de tremendas rachas de energía para completar una tarea porque escogen comprometerse en ella considerándola como una actividad estimulante que los realiza en el momento presente. Esta energía no es sobrenatural: es simplemente el resultado de su amor a la vida y a todas las actividades que ella brinda. No saben aburrirse. Todos los acontecimientos de la vida ofrecen oportunidades de hacer, pensar, sentir y vivir, y ellos saben aplicar su energía en casi todas las circunstancias. Si se los encarcelara, emplearían sus mentes en divagaciones creativas para evitar la parálisis de la falta de interés. No hay aburrimiento en sus vidas porque ellos canalizan la misma energía que tienen otros de maneras productivas para ellos mismos.
Son agresivamente curiosos. Nunca saben lo suficiente. Buscan siempre más y quieren aprender cada uno y todos los momentos presentes de sus vidas. No les preocupa hacerlo bien o haberlo hecho mal. Si algo no resulta, o no logra grandes beneficios, entonces se descarta en vez de lamentarlo. Son buscadores de la verdad en el sentido de aprender cosas, siempre estimulados por la posibilidad de aprender más y sin llegar a creer jamás que ya son un producto terminado. Si están con un barbero se interesan por los problemas de ese oficio. No se sienten nunca superiores ni actúan como si lo fueran, alardeando de sus méritos para que otros los aplaudan. Aprenden de los niños, de los corredores de bolsa y de los animales. Quieren saber más sobre lo que significa ser un herrero o un cocinero, una fulana o el vicepresidente de una corporación. Son estudiantes que aprenden, no profesores que enseñan. Nunca tienen los conocimientos suficientes y no saben comportarse como snobs ni sentirse superiores puesto que nunca se sienten así. Cada persona, cada objeto, cada acontecimiento representa una oportunidad para saber más. Y son agresivos en sus actitudes respecto a sus intereses, sin esperar que la información les salga al paso sino que van tras ella. No tienen miedo de hablar con una camarera, o preguntarle al dentista qué se siente cuando uno tiene las manos en la boca de la gente todo el día, o preguntarle a un poeta el significado de tal o cual frase.
No tienen miedo al fracaso. No equiparan el éxito en una empresa con el éxito como ser humano. Puesto que su autovaloración les viene del interior, pueden observar los acontecimientos externos objetivamente y pensar sencillamente que son eficientes y positivos o ineficientes y negativos. Saben que el fracaso es sólo un índice de la opinión de otra gente y no hay que tenerle miedo puesto que no puede afectar su autovaloración. Así, se atreven a probar cualquier cosa, a participar en las cosas simplemente porque es divertido y no tienen miedo a tener que explicarse a sí mismos. Igualmente nunca escogen la ira que inmoviliza. Usando la misma lógica (sin tener que repensarla cada vez puesto que se ha convertido en un modo de vida), no se dicen a sí mismos que la otra gente se debería comportar de una manera distinta a la habitual o que los hechos deberían ser diferentes. Aceptan a los demás como son y trabajan para cambiar los hechos que les desagradan. Así, la ira es imposible porque no existen las falsas o exageradas pretensiones. Esta gente es capaz de eliminar las emociones que de alguna manera son autodestructivas y de alentar las que les sirven para crecer.

Estos felices mortales no son nada defensivos. No hacen jugarretas ni tratan de impresionar a los demás. No se visten para agradar a los demás y lograr su aprobación, ni tampoco cumplen con el ritual de explicarse a sí mismos. Actúan con gran sencillez y naturalidad y no se dejan seducir para hacer alharacas sobre cosas pequeñas o grandes. No son tercos discutidores: ellos expresan simplemente sus puntos de vista, escuchan los de los demás y reconocen la utilidad de tratar de convencer a alguien para que sea como ellos. Y dicen simplemente: "Eso está muy bien: somos diferentes, eso es todo. No tenemos que estar de acuerdo". Y dejan las cosas así sin necesidad de ganar una discusión o de persuadir a su contrincante de lo equivocado de su posición. No tienen miedo a causar una mala impresión pero tampoco hacen lo posible por causarla. Sus valores no son valores locales. No se identifican con la familia, el vecindario, la comunidad, la ciudad, el estado p el país. Se consideran a sí mismos como parte de la raza humana y para ellos un austríaco cesante no es mejor ni peor que un californiano cesante. No son patrióticos respecto a una frontera especial. Más bien se ven a sí mismos como parte de la humanidad. No sienten alegría porque hay más muertos en el campo enemigo ya que el enemigo es tan ser humano como el aliado. No siguen las normas hechas por los hombres que describen la manera de tomar partido. Ellos transcienden las fronteras tradicionales, lo que a menudo es motivo para que otros los clasifiquen como rebeldes o traidores. No tienen héroes ni ídolos. Miran a toda la gente como seres humanos y no colocan a nadie sobre sí mismos en importancia. No exigen justicia en cada ocasión. Cuando otra persona tiene más privilegios que ellos, lo ven como un beneficio para esa persona más que como un motivo para sentirse infelices.
Cuando juegan con un contrincante, quieren que le vaya bien en vez de desear que juegue mal para ganar. Quieren ser victoriosos y eficientes por sus méritos en vez de ganar por las fallas de los demás. No insisten para que todos sean igualmente dotados, sino que miran hacia dentro de sí mismos para buscar su felicidad. No son críticos y tampoco sienten placer por las desgracias ajenas. Están demasiado ocupados siendo ellos mismos para fijarse en lo que hacen sus vecinos. Más significativamente aún, estos individuos se aman a sí mismos. Están motivados por un deseo de crecer y siempre que les dan la opción para hacerlo, se tratan muy bien a sí mismos. No tienen espacio para sentir autocompasión, ni autorrechazo, ni para odiarse a sí mismos. Si les preguntas: "¿Te quieres a ti mismo?", recibirás una respuesta muy sonora y afirmativa: "¿Por supuesto que sí!". Son en realidad aves raras. Cada día es un deleite. Lo viven enteramente disfrutando de todos sus momentos presentes. No es que no tengan problemas, pero no están inmovilizados emocionalmente a causa de sus problemas. La medida de su salud mental no reside en que resbalen, sino en lo que hacen cuando resbalan. ¿Acaso se quedan allí lamentándose de su caída? No, se levantan, se sacuden el polvo y siguen atareados con los quehaceres de la vida. La gente que vive libre de zonas erróneas no corre tras la felicidad, simplemente viven y la felicidad, cuando llega, es su retribución.
Esta cita de un artículo del Reader's Digest sobre la felicidad resume la actitud conducente a una existencia vivida positiva y eficientemente que es de lo que hemos estado hablando:

Nada hace que la felicidad sea más inalcanzable que tratar de encontrarla. El historiador Will Durant describe cómo buscó la felicidad en el conocimiento y sólo encontró desilusiones. Luego buscó la felicidad en los viajes y sólo encontró el cansancio; luego en el dinero y encontró discordia y preocupación. Buscó la felicidad en sus escritos y sólo encontró fatiga. Una vez vio una mujer que esperaba en un coche muy pequeño con un niño en sus brazos. Un hombre bajó de un tren y se acercó y besó suavemente a la mujer y luego al bebé, muy suavemente para no despertarlo. La familia se alejó luego en el coche y dejó a Durant con el impacto que le hizo realizar la verdadera naturaleza de la felicidad. Se tranquilizó y constató que "todas las funciones normales de la vida encierran algún deleite".

Si usas tus momentos presentes para aumentar al máximo la plenitud de tu realización, serás una de esas personas y no un simple observador. Es una idea maravillosa: estar libre de zonas erróneas. Puedes hacer esa elección ahora mismo, si escoges hacerla.

El poder, el secreto

¿No usas ahora el presente, Mario? ¿Cómo es que dejas que el pasado te impida ser feliz? ¿Cómo es que has dejado que los pájaros agoreros invadan tu alma? No te reconozco Mario. Respira conmigo. El futuro no existe, el pasado no importa ya. Céntrate en el ahora Mario. Siente su poder. Resucita.

Obsidiana

¿Cómo se llamaba? Sostenía la hermosa piedra negra irisada tallada como un corazón en su mano. Llamó a su madre para pedir sopitas. Obsidiana, le dijo ésta. Recordó las vistas desde las pirámides del sol y de la luna y la majestuosa avenida que las separaba. Quizá en un pasado lejano sostuvo un cuchillo de obsidiana con el que le arrancó el corazón.

lunes, 12 de noviembre de 2007

El olvido

He aquí el cuento que ha presentado Mentxu al concurso de la SER. Me he permitido ponerle título, porque Mentxu no me lo ha mandado, pero ya sabe ella que si no está de acuerdo o tenía pensado otro, puede decírmelo y lo cambio.
- ¿Cómo se llamaba? Iba de blanco, era muy guapa. ¿No te acuerdas? Sí mujer, era la hija del médico.
- Me llamo Lucía- contestó ella obligándose a olvidar la tristeza. Luego, dulcemente, besó a su marido en la mejilla y le acercó la pastilla a los labios.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Sólo un perro

¿Cómo se llamaba? No tenía nombre. Lo llamábamos Perro, Chucho, Chito... Era sólo eso, un perro. Un perro al que nunca dimos una palmada cariñosa o dirigimos una mirada aprobadora. Un perro al que nunca llevamos al veterinario y que se alimentaba de sobras. Un perro al que se comían vivo garrapatas y pulgas. ¿Y por qué te acuerdas entonces tanto de él? Por eso mismo, Ismael. Porque era sólo un puto perro. A la hora de las visitas, el asilo de ancianos permanecía desierto.

Virgen mártir

- ¿Cómo se llamaba? No lo sé – mentí- no se lo pregunté.
-¿Cómo que no lo sabes? ¿Te acuestas por vez primera en tu vida con un hombre y ni siquiera le preguntas su nombre? Él ha sido el primero y le recordarás de por vida. ¿No lo entiendes?
Sí, sí que lo entendía, pero preferí hacer frente a la mirada de compasión de María que al odio que la teñiría si llegase a conocer quién era ese hombre que ya me había marcado de por vida.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Cómo se llamaba

¿Cómo se llamaba? El médico pareció sorprenderse de la pregunta que formuló la joven enfermera. Qué más da. Todo lo más que había indagado sobre la joven paciente tenía relación con su enfermedad. Sólo sabía lo que veía. Su reloj biológico se había parado y ahora yacía en la cama de la habitación 202. Percibió, eso sí, que fue una mujer valiente, muerta de miedo, como todos quienes conocen que su fin les ronda muy de cerca. ¿Has visto la última película de Jim Carrey? Desternillante

Pienso porque existo y ojala pensara menos y fuera más

"¿Qué es el análisis? Un descenso a la materia. ¿Y la síntesis? Una subida hacia el espíritu. Cuanto más se sube, más se pierdela visión del detalle de las cosas, pero aparece el conjunto... Cuando más se sube, más se está obligado a hacer una síntesis, y gracias a esta síntesis se comprende la unidad, porque se descubre bajo un principio único la unión que existe entre una multitud de hechos y objetos. Es así como se camina hacia el saber verdadero, hacia el verdadero poder, pero también hacia la salud y la alegría. Saber, significa mirar desde el punto de vista más elevado para tener una visión de la totalidad. Y de la misma manera, el poder, la salud y la alegría solo se obtienen a través de la unificación de todas las energías y de su convergencia hacia un punto único, allí dónde ya no existe la división ni la separación."

Omraam Mikhaël Aïvanhov

Un cuento de Navidad

Mentxu Sendino nos vuelve a hacer el honor de publicar uno de sus cuentos en nuestro blog:

Miró la última moneda en su mano delgada y trémula. Su piel estaba tan pegada a sus huesos que parecía que nunca hubiera existido carne en aquella terminación de su cuerpo.

Colocó suavemente el euro en la ranura y antes de pulsar el botón para iniciar el juego, cerró los ojos y tocó la medalla del Sagrado Corazón que colgaba en su cuello.

Un trébol, dos tréboles, tres tréboles… el tintineo de las monedas al caer en la bandeja le recordó el chocar de las copas en un brindis con champán.

Feliz Navidad, se dijo para sí y siguió jugando.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Dudo, luego existo

Estoy un poco perdida con el cuento de esta semana para el concurso de la Cadena Ser, Relatos en cadena. Yo entendí que este martes -o sea, ayer- se daría a conocer el relato ganador de la semana anterior, que había de comenzar con la frase '¿Cómo se llamaba?', pero en el espacio donde aparecen los ganadores, el último cuento publicado comienza con 'Hasta siempre, Vladimir', que fue la frase última del relato ganador de Ana Baker, y por tanto el correspondiente a hace dos semanas... ¿Quiero eso decir, amigo Pablo, que nuestros dos últimos cuentos aún aspiran al honor de ser los elegidos? Dudo, luego existo. Sullivan, Baker, escribid algo, que Pablini y yo nos hemos quedado secos...

viernes, 2 de noviembre de 2007

El tío

¿Cómo se llamaba? Celerino. ¿Y dice que desde que murió su tío Celerino no ha vuelto a escribir? Ni una línea, compadre. El psicólogo vio que su momento había llegado. Disertó didácticamente sobre los afectos que una pérdida afectiva puede acarrear en los procesos creativos. Relacionó la ausencia de un ser querido con la ausencia de ideas y aventuró que cuando superase emocionalmente el fallecimiento, volvería a escribir como antes. El escritor hizo un ademán para que el psicólogo detuviese su plática. Es que el tío Celerino era el que me contaba las historias.

jueves, 1 de noviembre de 2007

Pecadora

¿Cómo se llamaba? Probablemente Stig o Jonas, o algún nombre nórdico, con sabor a sal, pescado y oscuridad. No en vano trabajaba en un barco bacaladero procedente de Noruega. O al menos eso fue lo que entonces me dijo en un español al que robaba las erres. Aspiré otra calada, que me dolió hondo en el pecho. No sé si fue el tabaco o el haber dejado escapar a todos los Stig o Jonas de los que fui novia en este puerto. Me arrebujé en la mantilla y caminé hasta la iglesia del pueblo. Muchos eran los pecados que tenía que expiar.