domingo, 26 de octubre de 2008

KZ

A veces cuando me miro en el espejo me asombra la imagen de una mujer desconocida al otro lado del cristal. No es la risueña niña de doce años que muestra la única fotografía que conservo y en la que juego con mis hermanos bajo la atenta mirada de nuestro padre; imagen de un tiempo feliz en el que aún no lo habíamos perdido todo. Reconozco sin embargo en esa cara una nariz aguileña que comparte la niña de la foto, y que también tenían muchos de los que estuvieron encerrados conmigo. Pero de mi propia imagen lo que más me desconcierta es ese pelo largo y negro que enmarca mis pronunciados rasgos. Ese mismo pelo negro que me delataba como lo que era: distinta a ellos. Tantos años lo llevé rapado, incluso después de haber sido liberada en recuerdo de los que allí quedaron, que a veces todavía me asusto al notar las puntas rozando mi cuello y creo que es un insecto lo que se pasea por mi piel. Sólo cuando me miro a los ojos me reconozco: veo a la mujer que lo perdió todo, que murió en vida y resucitó, veo a la superviviente.

* KZ es la abreviatura que se usa en alemán para designar a los campos de exterminio nazis repartidos por la geografía europea. Hace un par de años visité el campo de Dachau (cerca de la ciudad de Múnich), horripilante.

viernes, 24 de octubre de 2008

Destino

Sólo tenía cuatro años pero ya sabía lo que era sufrir los arañazos del destino. Así lo llamaba su abuela. El destino era lo que se había llevado a su madre y a su hermano pequeño aquella mañana en la que oyó el estruendo más terrible que había oído nunca.

Pero tenía que haber algo más. Lo sabía porque cada vez que su abuela pronunciaba la palabra destino, una sombra de rechazo se asomaba en los ojos de su hermano Abdul. La rabia apretaba sus dientes y era incapaz de pronunciar palabra.

El sol quiso que sus ojos se abrieran. Inmediatamente pensó en su madre. Cuando brillaba así, su madre le despertaba con una canción de una niña que se enamoraba del sol. Por primera vez en mucho tiempo, se dibujó una pequeña sonrisa en su cara y fue a cantársela a su hermano. Apoyada en el marco de la puerta vio como se vestía frente al espejo. En ese momento, se colocó un extraño chaleco que estaba hecho de unos bloques marrones, todos iguales. Parecía como si hubiera elegido una docena de piedras de la misma forma y tamaño.

-¿Qué haces? Le preguntó Nahir.

- Voy a acabar con el destino.

jueves, 23 de octubre de 2008

Suceso rutinario

Ahí estaba Aurelio esperando que sucediera algo. Y sucedió que no sucedió nada.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Dar

Te doy el espejo de mis ojos para que no tengas que mirarte en otro sitio para encontrarte.

Te doy mis labios para que siempre encuentres en ellos el sabor de la victoria.

Te doy mi futuro para que cuando sea presente, tengamos ganas de construir un nuevo futuro juntos.

Te doy todo para tenerlo todo.

lunes, 6 de octubre de 2008

Vida perra

Enroscado en mi regazo noto tu palpitar lento y armónico. De vez en cuando algún ruido te saca de ese plácido sueño que acompañas de suaves ronquidos y largos suspiros, nada es lo suficientemente importante como para cambiar de posición, nada es lo suficientemente importante como para hacer otra cosa que no sea estirarte, acercarte y amoldarte al hueco que se forma entre mi abdomen y mis piernas. Si acaso, levantas la cabeza y abres un segundo tus ojos oscuros y brillantes para comprobar que todo está bien, que todo está en calma. Yo te miro y compruebo que todo está bien, que todo está en calma.