lunes, 19 de mayo de 2008

Carne

Resuelvo crucigramas y duermo. Eso es básicamente lo que hago. No trabajo. Recibo ayudas y ya está, no me hace falta trabajar. Antes bajaba al bar a comer, ahora pido comida a domicilio. Estoy engordando, pero no me importa. La tele no me gusta mucho, pero la tengo casi siempre encendida. Escucho las noticias, hay mucho sinvergüenza suelto por ahí.
Me estoy aficionando a la comida rápida. Hay de todo, hamburguesas, bocadillos, pizzas, cerdo agridulce, pollo a la barbacoa... Lo acompaño con coca-cola, que me hace eructar fuertemente, como a mí me gusta. Las demás cosas que necesito las pido por internet a unos grandes almacenes. Como soy pobre, tengo conexión gratis para ayudarme en mi integración social.
Creo que ya he dicho que estoy engordando mucho. Hoy no me encuentro bien, me cuesta respirar y siento agudos pinchazos en el pecho. Pido una ambulancia. Los sanitarios tocan el timbre. Desde la cama les grito, aunque apenas puedo, que tiren la puerta abajo. Ellos dicen que van a llamar a los bomberos.
Los bomberos tardan. Yo apenas respiro y veo muy borroso. Creo haber oído un estruendo en mi puerta. Apenas si entreveo a un hombre con casco y tras él, una mujer con aspecto de doctora. Inmediatamente, oigo decir. La orden no puede cumplirse, no quepo por la puerta.
Hablan de una grúa y de sacarme por el balcón. Alguien dice que aquí huele muy mal y que si me muero, que me joda. La mascarilla de oxígeno apenas cabe en mi cara elefantina.
Llega una grúa. Mientras tanto, los bomberos han abierto en mi cuarto un enorme boquete que lo une a la sala, donde está el balcón. Diez hombres, cinco por cada lado, levantan mi masa. La puerta del balcón ha desaparecido. Oigo maldiciones como si llegarán del extremo de un túnel.
Del gancho de la grúa pende una suerte de cama enorme. Allí me depositan con cuidado y con cierta repulsión, pues no son cosas necesariamente contradictorias. El mecanismo comienza su movimiento vacilante. No sé si llevo la mascarilla puesta. Estoy dejando de respirar. La grúa sólo baja carne muerta.

4 comentarios:

Anita Baker dijo...

¡Cuánto inoperante con ayuda social!

Buen personaje, Pablini

Men dijo...

Buenísimo Pablini, me ha gustado mucho, mucho.

Mari Pickford dijo...

A mí también... Hoy me pongo a dieta ;-)

Unknown dijo...

¿Es un poco fuerte, no?