martes, 22 de enero de 2008

La voz diferente

Quiero esta habitación expedita, ordena el sargento sin miramientos. Los de la policía científica miran, entre enfadados y resignados, a su superior, que les hace ademanes con la mano para que aligeren. Solo en el lugar del crimen, el sargento saca su móvil. Lo sopesa con su mano derecha, finalmente levanta el auricular del teléfono fijo sobre la mesilla del cuarto. Así me ahorro la llamada, piensa. Su voz suena muy diferente a la que ha dado las órdenes hace un instante. Hola, cariño, odio mi trabajo tanto como te quiero a ti.

1 comentario:

Anita Baker dijo...

Eres un tipo duro, cariño