jueves, 1 de noviembre de 2007
Pecadora
¿Cómo se llamaba? Probablemente Stig o Jonas, o algún nombre nórdico, con sabor a sal, pescado y oscuridad. No en vano trabajaba en un barco bacaladero procedente de Noruega. O al menos eso fue lo que entonces me dijo en un español al que robaba las erres. Aspiré otra calada, que me dolió hondo en el pecho. No sé si fue el tabaco o el haber dejado escapar a todos los Stig o Jonas de los que fui novia en este puerto. Me arrebujé en la mantilla y caminé hasta la iglesia del pueblo. Muchos eran los pecados que tenía que expiar.
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7 comentarios:
Pones el nivel tan alto que voy tener que hacerme con una grúa literaria para alcanzarte.
Ay, Pablo, la que pone el nivel alto es tu mujer. Estamos todos a su lado para que sea la ganadora del mes de los Relatos en cadena de la Ser... Anyway, siempre he dicho que tú eres el que mejor escribe de los cuatro y lo creo de verdad... A mí el tio Celerino tampoco me cuenta nada ultimamente... voy a ver si las musas me ayudan ;-)
No sé muy bien quién seleccionará los cuentos en la SER, porque varios de los -en este blog publicados- vuestros son bastante mejores que los de los finalistas. He dicho
por cierto, mari, bonita foto, sí señora
Me gusta mucho Gustav Klimt y como el mes pasado estuve en Viena y por todas partes encontrabas reproducciones de sus obras, me ha dado el furor otra vez. De hecho, tengo colgado El beso en mi habitación, regalo de Gordon, of course ;-)
Qué relato magnífico!
él era alto y rubio como la cerveza... Yo paso de escandinavos. :0)Nunca mais.
Sabía que ibas a hacerme un comentario en ese sentido...
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