jueves, 21 de junio de 2007

El desayuno

De Pablini


Se levantaron temprano a pesar de ser sábado. Primero Mauro, que encendió el televisor, después Inés. Ya estás viendo la tele. Qué pasa. Podías haber preparado algo para desayunar. Y yo qué sabía si te ibas a levantar o no.
Joder, Mauro, la leche está caducada. Y tomo café solo, creo que ya lo sabes. Haz café también para mí. Tú prepara unas tostadas. Con este pan no creo, tiene moho. Bueno, nos extenderemos la mermelada en la palma de la mano. Estas gracietas hace tiempo que habían dejado de gustar a Inés. La mermelada también está caducada; Mauro, tío, esta tarde hay que ir sin falta al centro comercial, tenemos todo caducado. Y es verdad, pensaron ambos.

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