lunes, 25 de junio de 2007

J'apperçois ... le regard du disc jockey

Venga, dos besos. No, dos besos no, dame un abrazo.
Se ve el día a través de las cristaleras del club. Al otro lado la sala ya vacía, negra, iluminada por luces de colores que giran todavía frenéticas. Los camareros recogen los últimos vasos y él se pone una sudadera y recoge los vinilos en la maleta. Niño malo. La mira molesto. Venga, dos besos. No, dos besos no, dame un abrazo.
Hace cuatro horas aún era de noche fuera, hace cuatro horas se abría la puerta del ascensor de cristal y la potencia del equipo de sonido empezó a resonar en sus cuerpos. Empezaba el baile, no había ya más nada y de repente, entre el tumulto, y durante unos segundos, ella distinguió la mirada del disc jockey.

1 comentario:

pablini dijo...

Caramba, lady sullivan, no pongas el nivel literario tan alto. Muy bueno.