viernes, 29 de junio de 2007

La enfermera

Luis tenía una dolencia grave. Una complicación le llevó a la unidad de Reanimación del hospital hace unos días. Su corazón no aguantaría mucho más. Las pastillas que le había prescrito el médico le ayudaban a mitigar el dolor. Pero su mayor dolor era la soledad. Sin embargo, todas las mañanas (salvo las que ella libraba) la amplia sonrisa de la enfermera que entraba en su habitación con una energía envidiable le insuflaba un hilo de vida extra. ¡Buenos días, Cristina!
(Homenaje a mi hermana)

5 comentarios:

Lady Sullivan dijo...

Sos un amor!

pablini dijo...

Ana ha comenzado poco a poco, pero su listón está ya a una altura que hay que ser Fosbury para sobrepasarlo.

Lady Sullivan dijo...

Estoy de acuerdo contigo Pablo, la Baker es una mujer de mucho nivel, pero que te voy a contar a tí que no sepas ya...

Anita Baker dijo...

Aduladores ;-) Sé que me queréis

un beso

Mari Pickford dijo...

Yo también, yo también... es decir, yo también te quiero mucho y creo que escribes requetebién.