No acerques el dedito a la llama. Por qué, papá. Porque te quemarías. Y qué es quemarse. Quemarse duele mucho. Cuánto. Pues tanto como, reflexionó un instante y continuó, si papá te dejase de querer. La niña se rio y el hombre pensó que sería él quien nunca acercaría su dedo a la llama.
1 comentario:
Éste es uno de los que más me gustan
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