martes, 16 de octubre de 2007

La mirada del galgo

Ése viene a por ti. Sal de ahí, acércate a la portilla y cuando pase; mírale a los ojos. En tu mirada leerá que estabais destinados a encontraros.
Bruno arrastra su cuerpo todavía desnutrido y magullado para colocarse en primera línea. El muchacho avanza lentamente mientras mira a aquella manada de desamparados y de pronto se detiene y clava la vista en Bruno. “Quiero éste”. El encargado de la perrera entra en la jaula y ata a Bruno. El maltrecho galgo sale y se dirige a su nuevo dueño. Sabe que está salvado.

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